Aislante exterior con cámara de aire ventilada. Esta técnica de aislamiento se utiliza como sistema constructivo en obra nueva o de rehabilitación.
El aislamiento queda fijado a la cara externa del muro soporte con un sistema de perfiles que permite la suspensión de placas o elementos ligeros, protegiendo y decorando la fachada. La inclusión de una cámara de aire ventilada entre el aislante y el elemento de acabado exterior permite minimizar el sobre calentamiento en verano, facilitando la transpiración de la fachada y sin riesgo de condensaciones intersticiales.
Sobre la pared a aislar se disponen las patas de anclaje de los perfiles montantes que fijarán el acabado. El aislante se coloca directamente sobre la cara exterior de la fachada y se une mecánicamente a la misma con clavos de fijación (3 ó 4 por m²). La lana de vidrio permite el paso de las grapas sin necesidad de ajustar recortes. Los montantes se fijan a las patas de anclaje, y a estos el enrastrelado.
Debe preveerse una cámara de aire continua de un espesor superior a 3 cm entre el aislante y la protección externa. La protección ligera se fija a los rastreles mediante grapas, remaches o tornillos, con juntas cerradas o abiertas según el sistema de acabado elegido.