El ciclo de vida de un material o de un producto se conceptúa teniendo en cuenta las diversas fases por las que transcurre. En el caso del EPS este proceso va desde la obtención de la materia prima y su posterior transformación, pasando por la utilización de los productos acabados de poliestireno expandido, y tras su utilización la gestión realizada con los residuos generados.

Ciclo de vida del EPSExisten procedimientos normalizados para evaluar el impacto ambiental derivado de un determinado proceso o de la fabricación y utilización de un determinado producto. Generalmente estos análisis se refieren a situaciones bien concretas y delimitadas, exigidas por el propio rigor de las normas de evaluación, pero que, a su vez, permiten sacar conclusiones extrapolables a otras situaciones.

Con respecto a su origen, el EPS y los diversos materiales plásticos derivan en último término del petróleo, obteniéndose aprovechamiento adicional de este recurso, por el momento esencial para nuestro desarrollo y nivel de vida. Los principales usos del petróleo son la calefacción, el transporte, y la producción de energía. Los anteriores usos suponen el 86 % de utilización de este recurso mientras que para la obtención de plásticos se utilizan 4 % y para el EPS únicamente una fracción del 0,1 %.

En el proceso de transformación se utiliza energía en forma de vapor de agua generado mayoritariamente en calderas alimentadas por gas.

No se producen emisiones a la atmósfera ni al agua de consideración y prácticamente no se genera residuos sólidos ya que los recortes y piezas defectuosas son aprovechadas y reintroducidas en el proceso.

Durante su utilización los productos de EPS pueden aportar beneficios medioambientales por un lado, en su utilización como envase y embalaje, economizando recursos en el transporte derivados de la extraordinaria ligereza del material además de la excelente protección que proporciona a las mercancías evitándose los deterioros y sus reposiciones con su impacto medioambiental asociado.

Por otro lado, en su utilización como aislamiento térmico permite reducir drásticamente las necesidades energéticas de los edificios aislados y con ello las correspondientes emisiones de CO² y SO² evitando su potencial como gases de efecto invernadero y de generación de lluvia ácida.

Los productos de EPS utilizados en la construcción presentan un ciclo de vida más longevo, tanto como la vida del edificio donde se integra, que los utilizados como material de envase y embalaje que traen la distribución y entrega de la mercancía que protegen pasan a convertirse en un residuo. De esta fase de su ciclo de vida es posible obtener también su aprovechamiento a través de su reciclado y valorización.

Fuente: Anape