Hoy ponemos la vista en la cubierta de nuestras viviendas, donde pueden originarse la mayoría de las patologías y desperfectos que afectan a nuestros hogares (goteras, humedades, etc).
Si se quiere evitar sobresaltos y quebraderos de cabeza, ofrecemos seis consejos para tener la cubierta en perfecto estado de revista.
1.- Impedir cualquier acumulación de tierra, hojas, musgo, ramas o cualquier otro material orgánico que puedan obstruir los desagües.
Si se produce este temido tapón el agua de lluvia se quedará embalsada y podrá provocar la aparición de las temidas goteras en nuestras cubiertas.
2.- Revisar palmo a palmo la cubierta y cerciorarte de que el agua se evacúa correctamente.
No sólo es fundamental que no embalse alrededor del desagüe, también hay que impedir que se acumule en canaletas rejillas de piso y cañerías.
3.- Echar un vistazo a las juntas de dilatación. Verificar que los selladores estén en buen estado y no permitan la filtración del agua ya que al cabo de un tiempo se deterioran y deben renovarse.
Si están resecos o agrietados es hora de cambiarlos.
4.- Sino lo están, sellar todas las juntas de la cubierta: las juntas de dilatación, juntas de los cerámicos, las juntas entre cerámico y zócalo y el borde superior del zócalo con el muro.
Los especialistas recomiendan llevar a cabo esta operación cada 5 años aproximadamente.
5.- Si la cubierta está terminada con pintura impermeabilizante, se debe reforzar la pintura dos veces al año. Es importante que se den al menos dos o tres manos de pintura.
Estar especialmente atento a las uniones de la cubierta con los desagües, embudos y muros.
6.- Si la casa está en una zona con clima extremo se deben reforzar las precauciones.
Después de temporales de viento o tormentas intensas y antes de que empiecen las habituales temporadas de lluvias, hacer una revisión del estado de tu cubierta.
La impermeabilización es fundamental para evitar que el agua erosione las viviendas
Con la llegada del otoño y, muy especialmente del invierno, comienzan a aparecer deficiencias en la impermeabilización de las cubiertas de los edificios, causantes de producir filtraciones de agua, cuando no pocos conflictos, en los pisos altos de las comunidades de propietarios.
No hay duda de que con una adecuada impermeabilización se contribuye a la sostenibilidad del edificio, y, más concretamente, a la mejora térmica y confort de los hogares.
Sin embargo, su principal función, evitar que pase el agua, no está exenta de que sea el origen de siniestros, ocasionados, en su mayoría, por una incorrecta instalación o aplicación del producto y un mal mantenimiento por parte de los propietarios.
Un dato contrastado es que las humedades y filtraciones ocupan el primer puesto en la lista de patologías que más afectan a la edificación y representan más de la cuarta parte del total, localizadas fundamentalmente en zonas de cerramientos y cubiertas (Análisis estadístico nacional sobre patologías en la edificación de 2019 de Fundación Musaat).
De ahí la importancia de instalar correctamente la impermeabilización en los puntos más críticos de las cubiertas, principalmente cuando estas son planas, para evitar la aparición de goteras por infiltraciones a los pisos inferiores.
En 2019, las aseguradoras repararon nada menos que 860.000 daños por agua en las comunidades de propietarios.
Asimismo, en las viviendas españolas se produjeron, según la Asociación Empresarial del Seguro, Unespa, casi dos millones y medio de goteras en 2018, o lo que es lo mismo, una cada 12 segundos o cuatro por minuto.
Una frecuencia que convierte este siniestro en el hogar, y en el más frecuente de entre los que ocurren en los domicilios.
Evitar que se vuelvan a dar estas cifras es posible con una instalación correcta y un mantenimiento preventivo de la cubierta.