La pobreza energética se ha convertido en uno de los principales problemas de la sociedad española.

El Covid-19 responsable del confinamiento en el hogar.

En las últimas semanas hemos hablado continuamente sobre cómo el confinamiento nos ha cambiado la forma de percibir nuestros hogares y de cómo han salido a la luz sus principales deficiencias y carencias.

Desde terrazas más amplias, mayor luminosidad, una temperatura de confort o un alto aislamiento acústico, la lista de lo que pedimos a nuestros hogares no ha parado de crecer.

Lucha contra la pobreza energéticaNuestro descontento con las paredes que nos albergan se ha traducido en un buen número de casos, en la principal motivación para emprender esas reformas que siempre tendíamos a aplazar.

Además, y pese a lo que pudiésemos pensar, el porcentaje de hogares que sufren pobreza energética, lejos de disminuir con los años, ha aumentado.

El precio de la energía, cada vez más elevado, y la situación de crisis económica en los últimos años, agravada por la pandemia de la COVID-19, han provocado que calentar (o enfriar) adecuadamente una vivienda sea todo un desafío.

Rehabilitación energética en las viviendas

Desde diferentes asociaciones como la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) o Green Building Council España, con las que URSA colabora, se aboga por la rehabilitación energética de las viviendas existentes como medida con la que paliar las necesidades energéticas de los hogares. 

Las rehabilitaciones de hogares vulnerables con la instalación de un buen sistema de aislamiento serían mucho más efectivas que otras que se han manejado y que no suponen una solución a largo plazo (bono social, impedir cortes de suministro, ayudas puntuales).

Gestores energéticos para asesorar a la ciudadanía

Recientemente ha nacido otra iniciativa de la que somos uno de los principales colaboradores.

Se trata del Proyecto PICE Network (Red de Puntos de Información al Consumidor Energético) puesto en marcha por la ACA, una de las 55 beneficiarias del Programa Empleaverde de la Fundación Biodiversidad y cofinanciada por el Fondo Social Europeo (FSE).

ACA y sus colaboradores pretenden con esta iniciativa la mejora de la cualificación de profesionales de entidades públicas y privadas, con el fin de que puedan asesorar a los ciudadanos sobre una gestión eficaz de la energía.

El proyecto formativo (que recorrerá España a lo largo de los últimos meses) culminará con la creación de una red de puntos de información que cuenten con personal cualificado como gestores energéticos y que sean capaces de asesorar a la ciudadanía.

La asociación manifiesta que hay una gran mayoría de personas que desconocen las posibilidades de emprender medidas de mejora de eficiencia energética en sus hogares o las tarifas que tienen contratadas en sus suministros energéticos. Son parte de los más de 8 millones de personas en España que viven en hogares en los que se destina una parte excesiva de sus ingresos al pago de las facturas de la energía y, esto es algo, que en pleno Siglo XXI y como sociedad, no podemos consentir. Lucha contra la pobreza energética